La justicia está tan colapsada que hay riesgo de que cuando llegue el momento de juzgar los casos de hurtos en Cataluña, estos ya estén prescritos.
La Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) confirma que el tiempo para celebrar un juicio por delitos leves (anteriormente llamados juicios de faltas) ya se dilata hasta los diez meses, cuando en el sistema está previsto que los juicios por estos delitos se celebren a los diez días a lo sumo.
Además, los hurtos prescriben a los 12 meses, con lo que la conducta del pequeño delincuente va camino de convertirse en impune si la situación no se remedia.
Necsystems es consciente del panorama bajo el que la Cataluña y por ello se hace eco de su situación fiscal como intento de concienciar a la comunidad.
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Los hurtos en Cataluña corren el riesgo ser prescritos antes del juicio

En Barcelona hay un solo juzgado de guardia que se encarga de juzgar los delitos leves. La mayoría son hurtos que cometen carteristas habituales y que acumulan numerosos antecedentes.
Se considera delito leve de hurto el robo sin violencia de aquellos objetos o dinero que no supere los 400 euros. Cada día en Barcelona se celebran 30 juicios por delitos similares, una cifra que, sin embargo, no puede a absorber el caudaloso torrente de denuncias que se registran por hurtos en Cataluña.
De este modo, los jueces reclamaban a la Conselleria de Justícia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Ministerio de Justicia que pusieran en marcha un juzgado de refuerzo para paliar el progresivo retraso que se iba acumulando en los juicios rápidos por delitos leves.
La petición fue registrada en marzo, y en julio los jueces volvieron a insistir. No obstante, sigue sin haber una respuesta clara.
Jueces y fiscales coinciden en que la sentencia del Supremo abona la impunidad

La sentencia del TS 481/2017, dictada el 28 de junio del 2017, extinguió la acumulación de delitos leves que castigaba la reincidencia.
Cuando un carterista era detenido hasta en tres ocasiones, el delito leve se agravaba y pasaba a ser considerado delito menos grave. Esto se debía a la acumulación de antecedentes, y las consecuencias acarreaban el riesgo de entrar en prisión.
Sin embargo, el Supremo ha cambiado la doctrina. Ahora los delitos leves lo serán siempre, y por muchas veces que el mismo carterista los cometa no tendrá mayor castigo que una multa.
Con esta nueva situación, los carteristas pagan las multas que les imponen con el dinero que roban a la gente. Con lo cual, el sistema se vuelve perverso.
Los juicios rápidos van más lentos que los ordinarios

El sistema hace una gran inversión de recursos en perseguir este tipo de delitos a pesar de que ni es disuasorio ni le reporta ningún beneficio económico. Cada día, en la sala 120 de la Ciutat de la Justicia, se celebran los juicios rápidos por hurtos en Cataluña. Es decir, aquellos de carteristas descubiertos in fraganti o cuando intentaban perpetrar el hurto.
La mayoría son juzgados por tentativa de hurto, que conlleva una multa de 15 a 30 días a razón de la cantidad que fije el juez.
De este modo, concluye un camino iniciado con los Mossos o la Guardia Urbana patrullando por las calles en busca de carteristas. Cada día se topan con los mismos.
Aseguran que se trata de especialistas que viajan por las principales ciudades de Europa al acecho de los turistas despistados.
Cuando la policía los descubre, los identifican y los citan para un juicio que tendrá lugar al cabo de 10 meses. Un lapso de tiempo en el que toda la justicia coincide que los carteristas dedican a seguir robando.